martes, 1 de septiembre de 2009


Tenemos en primer lugar una dimensión puramente física, o físico – química. Luego una dimensión biológica, luego una dimensión social, otra psicológica, y finalmente una espiritual, y todas ellas deben ser atendidas, no podemos descuidar ninguna.
Estas dimensiones son en parte coexistentes, y en parte superpuestas. Es decir, hay algunas más primarias –que son las más básicas- y otras más elevadas que se pueden atender solamente cuando las primeras están satisfechas. Así por ejemplo, la dimensión biológica debe estar en gran parte satisfecha antes de llenar la social. Lo psicológico debe estar bastante bien asentado antes de que nazca lo espiritual.
Con respecto a la dimensión psicológica, atenderla significa, entre otras cosas, quererse a sí mismo y hacer lo posible por aprender a vivir bien, con una calidad de vida adecuada, es decir en paz con los demás y consigo mismo, considerando que cada ser humano es único e irrepetible, y que puede llegar siempre más lejos en su desarrollo, culminando con una vida espiritual plena.
Todas las grandes religiones, doctrinas, y ahora también la psicología, apuntan a lo mismo; con diferentes nombres, llámese autorrealización, conciencia cósmica u hombre nuevo, el llamado para el ser humano es seguir su desarrollo, integrando todas sus dimensiones hasta llegar a la espiritualidad.

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